viernes, 4 de septiembre de 2015

Gota pedagógica 03. Planeación Acto Pedagógico



Estimado Docente: la Planeación y la implementación de estrategias pedagógicas son parte fundamental en el desarrollo de competencias. Agradecemos dejar tus comentarios y experiencias.

viernes, 31 de julio de 2015

martes, 7 de julio de 2015

!Deja Huella en tus estudiantes!


1. Despierta su curiosidad. El estudiante curioso aprende mejor, con más interés y más implicación y, además, se acostumbra a mantener los ojos abiertos en cualquier ámbito de la vida. Anima a los estudiantes a preguntarse siempre el motivo y los efectos, a indagar acerca de las afirmaciones que aparecen en el libro de texto o a buscar más información que complementen los detalles que llamen su atención. Hacer lluvias de ideas, organizar debates o animar a tus estudiantes a descubrir algo nuevo cada día y compartirlo en clase son buenas formas de entrenar la curiosidad.

 2. Enséñales a aprender. Es esencial que ofrezcas a tus estudiantes herramientas y estrategias para que ellos mismos construyan su propio aprendizaje. Aprender activamente resulta mucho más eficaz que hacerlo de forma pasiva y, además, estarán adquiriendo hábitos, pautas y recursos que podrán utilizar en cualquier materia y en cualquier ámbito para formarse de manera autónoma o profundizar en un tema que les interese.Orientarlos en técnicas de estudio. 

3. Acostúmbrales a pensar. Es más importante que memorizar o estudiar, incluso más que las matemáticas, la lengua o las ciencias naturales. Anima a tus estudiantes utilizar la lógica y la argumentación, a analizar lo que ocurre a su alrededor para cuestionárselo y a decidir por ellos mismos, porque son destrezas que ejercitarán a lo largo de la vida y cuyo aprendizaje te agradecerán siempre. Fomentar el pensamiento crítico.

 4. Muestra el lado práctico del conocimiento. Puede resultar más complicado con algunas asignaturas o niveles pero, siempre que sea posible, intenta completar las explicaciones teóricas con la aplicación real del conocimiento que estás transmitiendo a tus alumnos. Para ello, lo ideal es acercar la teoría a su realidad cotidiana, con experimentos, excursiones o salidas, anécdotas, enigmas, problemas sobre temas que les afectan directamente o supuestos a los que tendrán que enfrentarse dentro de unos años, por ejemplo, en el ámbito laboral. 

5. Sorpréndeles. No te acomodes en un enfoque o forma de trabajar en el aula, sé creativo y busca nuevas ideas para que tus clases les resulten diferentes y motivadoras, desde un cambio radical hasta un pequeño detalle que llame su atención. No solo mantendrás el interés de tus estudiantes y evitarás que ellos también se acomoden, sino que además comprobarás qué técnicas funcionan mejor, cómo les motivas de manera más eficaz y cuáles son las metodologías que se adaptan a tu forma de enseñar. Puedes recurrir a las TIC o a los juegos educativos, como los que recomendamos en la categoría de Recursos blogs, películas, animaciones, reflexiones para enseñarles cualquier asignatura o llamar su atención con un vídeos divertidos o temas curiosos. 

6. Descúbreles un libro. Contagiar a tus estudiantes el amor por la lectura es uno de los mayores regalos que puedes hacerles. Si encuentran un libro, un personaje o una historia que les enamore nunca olvidarán al profesor que se lo recomendó. Lee con ellos fragmentos de un cuento que te guste, haz una biblioteca de aula, anímales a traer a clase sus libros favoritos, llévalos a la biblioteca, acostumbrarlos a leer los periódicos todos los días, preguntar por la noticia del día y en que podría afectarlos, desarrollar actividades, talleres, cuestionarios con base a libros académicos y revistas.

 7. Transmíteles valores. Jóvenes pasan en el aula muchas horas de su vida y, entre números y conceptos, trabajos, exámenes y notas, tiene que haber espacio para la conciencia social, la tolerancia, el respeto, la cultura ciudadana y el resto de valores que formarán personas integras, comprometidas y responsables. Analizar la actualidad para estar al tanto de lo que sucede en el mundo o reflexionar y debatir sobre conceptos y problemas éticos que afrontan a diario y que además puedes relacionar con la asignatura. Si quieres dar un paso más, aquí tienes algunas ideas para implicar a tus estudiantes en proyectos o iniciativas que no solo les educarán en valores, sino que además les animarán a cambiar el mundo y convertirlo en un lugar mejor. llevarlos a los museos, conciertos de música clásica, talleres y/o actividades culturales, bibliotecas publicas, exposiciones artísticas.

 8. Dales voz y escúchales. Tus estudiantes aprenderán de ti, pero tú también aprenderás de ellos, sí eres capaz de acercarte, tomarte un tiempo y escucharles. Practica la empatía, trata de entenderles y ponerte en su lugar y puede que te sorprendan. Prueba a ceder de vez en cuando el lugar de profesor a uno de tus estudiantes, ten siempre en cuenta que no hay dos cursos ni dos estudiantes iguales, fomenta que todos se integren en clase y presta atención a los que se sienten solos. 

9. Mantén una actitud positiva. El humor o la diversión son herramientas indispensables en el día a día en el aula y te ayudarán a mejorarán el clima de la clase. Un gesto tan sencillo como una sonrisa puede servirte para transmitir el entusiasmo y la alegría de aprender y lo mucho que se puede disfrutar compartiendo conocimientos y experiencias. No te rindas cuando una clase se complique y de este modo les enseñarás la importancia de pensar de forma positiva para afrontar la vida, con sus problemas y dificultades. 

10. Sé justo. Aunque trates de mantener el buen ambiente del aula, habrá momentos en los que tendrás que exigir, poner un examen, reprender a quien no atiende, se comporta mal o no hace los deberes. Estos pequeños enfrentamientos con tus estudiantes son inevitables, pero será tu capacidad para gestionarlos lo que marque la diferencia. Mantén la calma, deja claros los motivos de tu resolución y actúa con justicia: reprende a quien lo merece, pero ofrécele siempre la posibilidad de solucionarlo, dale una segunda oportunidad y recuerda también premiarle con tu reconocimiento cuando corresponda. - 

Fuente: http://www.aulaplaneta.com/2015/06/11/recursos-tic/diez-consejos-para-convertirte-en-un-profesor-inolvidable-infografia/?utm_source=Facebook&utm_medium=postint&utm_campaign=rssint

viernes, 19 de junio de 2015

Gota Pedagógica 01 Ambientes de Aprendizaje


Estimados Docentes: Nos gustaría que compartieras tus reflexiones, opiniones y comentarios al respecto. Para la  FESC es  muy importante la interacción y retroalimentación en estos diversos temas, aprovechemos este espacio para hacerlo.

sábado, 6 de junio de 2015

¿Qué errores podemos evitar como docentes?


 
Ser docente en estos tiempos se ha convertido en una profesión de riesgo. Sin duda, el factor vocacional es determinante a la hora de elegir una profesión exigente y que supone una enorme responsabilidad. Lamentablemente, en las facultades no se nos prepara para una labor que a mi modo de ver marca buena parte del destino de una sociedad. Muchos de nosotros hemos ido aprendiendo a ser profesores más por nuestros errores que por nuestros aciertos.

Pues bien, en este artículo quiero dar a conocer algunos errores que son muy comunes en nuestra profesión y que creo que con poco esfuerzo podemos corregir y mejorar así nuestras labor docente. Siempre me gusta decir que errar nos hace humanos, y que rectificar no convierte en buenos profesionales.

¿Qué errores podemos evitar como docentes?
1. Falta de visibilidad. La presencia y visibilidad en el aula es un aspecto muy a tener en cuenta a la hora de impartir una sesión lectiva. Ya me he referido en otros artículos a la importancia de que los alumnos siempre tengan una referencia visual del profesor en el aula. Para ello es fundamental que estemos preferentemente de pie y en constante movimiento, para que los alumnos fijen su atención hacia nosotros. Ello nos permitirá tener un mayor control del grupo clase. Sobre este aspecto os recomiendo la lectura del artículo ¿Cómo es mejor dar una clase de pie o sentado?

2. Oír sin escuchar. Un aspecto al que le doy mucha importancia en mis sesiones lectivas es intentar no sólo oír a mis alumnos, sino también escucharlos. La diferencia entre oír a una persona y escucharla es enorme, ya que cuando la escuchamos lo estamos haciendo de forma activa y les transmitimos a nuestros alumnos que aquello que nos está diciendo es importante tanto para ellos como para nosotros. Los alumnos de una clase demandan atención en todo momento. De ahí que en la medida que nos sea posible, debemos esforzarnos para escuchar con atención aquello que nos quieran decir. Con ello aumentaremos la empatía y mejoraremos nuestra relación con ellos. Aquellos docentes que sólo oyen a sus alumnos pero no interactúan, corren el riesgo de tener una relación distante y ello repercute negativamente en la relación del docente con el grupo. Para saber más sobre este apartado os recomiendo la lectura del artículo 5 consejos para aumentar la empatía con tus alumnos.

3. No mantener el contacto visual. La comunicación no verbal de un docente, aquella que se transmite a través de los sentidos, resulta fundamental en el desarrollo de una sesión lectiva. Bien es cierto que los docentes enseñamos a través de la palabra oral y escrita, pero también comunicamos a través de nuestro cuerpo y, por supuesto, con la mirada. Referente a la mirada hay un aspecto que es importante corregir y es el hecho de hablar a nuestros alumnos sin mirarlos directamente a los ojos. No mantener un contacto visual con nuestros alumnos repercute negativamente en la relación y en el aprovechamiento de nuestras sesiones lectivas. No mirar a nuestros alumnos transmite inseguridad, duda, incomodidad, falta de empatía… No mirar a nuestros alumnos hace que exista un distanciamiento con ellos que luego repercute negativamente en nuestra relación con el propio grupo.

4. No cumplir con lo prometido. Lo prometido es deuda. Todos sabéis el sentido de la justicia que tienen, por lo general, los alumnos. Incluso añadiría que además de sentido de la justicia tienen muy buena memoria para aquello que les conviene. De ahí la importancia de ser muy escrupulosos con aquello que les prometemos, porque si ya de antemano sabemos que no vamos a cumplirlo, esta promesa no cumplida se volverá en nuestra contra. Esto sirve tanto para las promesas como para con las amenazas en caso de no cumplir con las normas del centro. Un docente que no mantiene su palabra o que no cumple con sus palabra es un docente que poco a poco va debilitándose frente al grupo y puede afectarle muy negativamente en el caso de que quiera ganarse su respeto.

5. Prolongar el tiempo de corrección. Profesor, ¿tienes los exámenes corregidos? Seguro que se trata de una pregunta que si no a todos, a casi todos os habrán hecho en algún momento. Todos somos conscientes del esfuerzo que implica la corrección de ejercicios, trabajos exámenes… Pero creo que es importante hacer un esfuerzo por entregar dicha corrección en la mayor brevedad posible. La rapidez en la corrección es algo que los alumnos valoran muy positivamente y hace que te ganes el respeto de tus alumnos, porque consciente o inconscientemente te conciben como un profesional implicado y eficaz. El hecho de entregar con rapidez aquello que hemos corregido también le da valor a la corrección en sí en el caso de que queramos hacer algún inciso o comentario en clase. Hay docentes que tardan semanas en la corrección y ello repercute negativamente en su beneficio. Sobre cómo ganarse el respeto de tus alumnos recomiendo la lectura del artículo 5 consejos para ganarse el respeto de tus alumnos.

6. No utilizar el mismo código. Para que exista una correcta comunicación entre dos personas, estas deben conocer y compartir el mismo código. En muchas ocasiones se producen problemas de relación entre estudiante y docente porque la fractura que existe del código de cada parte es insalvable. Los docentes tenemos la facultad de dominar todos los registros de una lengua, desde el culto hasta el vulgar, pasando por el coloquial. El error que cometemos es pensar que también nuestros alumnos dominan todos estos registros. En la medida que seamos capaces de compartir al máximo el mismo código, más fluida será la relación entre alumno y docente y mayor será el grado de comprensión. Con ello no digo que debamos situarnos a su nivel de competencia lingüística, sino que se trata de encontrar un equilibro entre aquellos que les podré enseñar como nuevo y el registro que utilizaré para que ese conocimiento llegue a todos los alumnos nunca perdiendo el lenguaje técnico profesional necesario.

7. No dejarnos influir por nuestro estado de ánimo. Siempre he admirado a los presentadores de noticias de la televisión porque siempre tienen el mismo semblante, pese a que seguramente tendrán como todos nosotros sus días buenos y sus días malos. A esto se le llama profesionalidad. Pues bien, creo que esta profesionalidad también debería ser aplicable a los docentes. En muchas ocasiones nos dejamos llevar por nuestros problemas personales y los trasladamos a nuestras sesiones lectivas. Tenemos poca paciencia, nos sentimos irritados, gritamos por cualquier nimiedad, expulsamos a alumnos de forma arbitraria. A mí me gusta pensar que cuando entro en una clase es como si entrara en un plató de televisión. Al ponerme delante de mis espectadores, los alumnos, debo dar lo mejor de mí mismo, independientemente del estado de ánimo en el que me encuentre. Ser profesional bajo cualquier circunstancia es la mejor forma de dignificar muestro trabajo.

8. No educar desde el respeto, sino desde el miedo y la autoridad. Muchas veces los docentes mezclamos conceptos como la educación, el respeto y la autoridad. Son expresiones que por sí darían para varios artículos. En este caso sólo quiero incidir en la importancia de no tratar de educar desde el miedo y la amenaza. En muchas ocasiones asimilamos el control de una clase con medidas que fomentan el miedo a nuestros alumnos o la amenaza ante el incumplimiento de alguna norma. Creo que es un error. Desde el principio debemos enseñar a nuestros alumnos desde el respeto, desde la responsabilidad. Hay docentes que se vanaglorian de que en su clase no hay problemas de disciplina. Lo que no dicen es que esta disciplina viene condicionada por el miedo que le tiene los alumnos. Nunca hay que enseñar desde el castigo, la amenaza o el miedo. Si así lo creéis posiblemente os habéis equivocado de profesión.

9. Enseñar sin educar. Los docentes solemos cometer el error de pensar que nuestra profesión consiste en la transmisión pasiva de conocimientos, en la transmisión unidireccional de contenidos a través de lo que podríamos llamar una clase magistral. Creo que este enfoque es erróneo. Y es erróneo porque un docente es mucho más que un mero transmisor de conocimientos. Un docente es aquel que además de enseñar es capaz de invertir, repito, invertir, todo el tiempo que haga falta en educar a sus alumnos, en transmitirles valores como el de la solidaridad y la cooperación.

10. Mezclar lo profesional con lo privado. Redes sociales. En la sociedad actual la privacidad se está convirtiendo en un lujo. El ámbito privado de los docentes es algo que debemos tener muy en cuenta, porque un mal uso de nuestra privacidad puede afectarnos muy negativamente. Me parece importante que en nuestras sesiones lectivas nos centremos en lo educativo y no en lo personal. Se trata de mantener una distancia con nuestros alumnos, en especial, por lo que a las redes sociales se refiere. De ahí que sea necesario mantener unas pautas de actuación muy estrictas. Lo digo porque los alumnos tienen la costumbre de bombardearnos con preguntas sobre nuestra vida privada, nos envían solicitudes a nuestros perfiles sociales, preguntan a otros compañeros de profesión sobre aspectos relacionados con nuestra familia, edad, estado civil… Es por ello que creo conveniente guardar con mucho celo nuestra vida privada, porque a corto o a medio plazo, la información personal que podamos dar a nuestros alumnos podría afectarnos negativamente. En mi caso, por ejemplo, no acepto jamás ninguna solicitud de un alumno de ninguna de las redes sociales de las que formo parte.

Revisando todos estos errore la profesión docente exige una dedicación y una vocación extraordinarias. Siempre he pensado que los mejores docentes son aquellos que, habiéndose equivocado una y otra vez, tienen la capacidad de levantarse todas las mañanas para enfrentarse al reto apasionante que supone la docencia. Para aquellos que amamos esta profesión tiene tanto de reto como de pasión. Aquellos que nos dedicamos a la docencia debemos dar a en cada sesión lectiva lo mejor de nosotros mismos, vaciarnos en clase, entregarnos para que nuestros alumnos adquieran valores y conocimientos, enseñarles a través de la palabra y educarles desde el corazón. Si tú eres uno de ellos, desde aquí mi más sincera felicitación porque,
TODO SE PUEDE APRENDER. TODO SE DEBE ENSEÑAR.

Rol del docente contemporáneo


El aprendizaje no se da de la misma manera en todos. Ante esta realidad, el docente tiene dos opciones:


  • Utilizar las diferencias que se le presentan como un potencial que trae diversos talentos al grupo y que beneficia a todos, o la otra no recomendable
  • Tratarlas sólo de manera superficial, o ignorarlas, y perder la gran oportunidad que brinda la diversidad.
Es necesario que el docente pueda crear en el aula una atmósfera que invite a todos a investigar, a aprender, a construir su aprendizaje,a hacer y no sólo a seguir lo que él hace o dice. El rol del docente no es sólo facilitar información y controlar la disciplina, sino ser un mediador entre el alumno y el ambiente. Dejando de ser el protagonista del aprendizaje para pasar a ser el guía o acompañante al estudiante. 

El docente actual debe ser competente para utilizar tecnologías de la información;
Buscadores, analizadores y evaluadores de información;

Solucionadores de problemas y Cociliadores; 
Docentes actualizados. 
Diseñadores de experiencias productivas con el fin de desarrollar las competencias;
Ciudadanos informados, ejemplos de responsabilidad.
El docente contemporáneo involucra a los estudiantes en experiencias que pueden engendrar contradicciones a sus hipótesis iniciales y luego estimula la discusión. De esta manera permite que los alumnos aprendan de sus propios errores y reformulen sus perspectivas.

Los prIncipios básicos del Docente Contemporáneo

  • Buscan y valoran los puntos de vista de los estudiantes.
  • Las actividades del aula retan los conocimientos de los estudiantes.
  • Proponen la resolución de problemas relevantes para los estudiantes.
  • Planean sus clases en torno a grandes temas en los que los contenidos tienen relación en lugar de presentar un currículo fragmentado.
  • Evalúan el aprendizaje en el contexto diario. La evaluación es parte de las actividades diarias de la clase y no, una actividad separada. La evaluación conforma todos los aspectos formativos y competencias.
Esta nueva visión del rol del docente nos invita a replantear nuestra práctica y a convertir nuestras aulas en espacios de interacción donde el aprender sea posible para todos.
Fuente: http://www.cca.org.mx/profesores/cursos/cep21-tec/modulo_2/rol_maestro.htm