1. Despierta su curiosidad. El estudiante curioso aprende mejor, con más interés y más implicación y, además, se acostumbra a mantener los ojos abiertos en cualquier ámbito de la vida. Anima a los estudiantes a preguntarse siempre el motivo y los efectos, a indagar acerca de las afirmaciones que aparecen en el libro de texto o a buscar más información que complementen los detalles que llamen su atención. Hacer lluvias de ideas, organizar debates o animar a tus estudiantes a descubrir algo nuevo cada día y compartirlo en clase son buenas formas de entrenar la curiosidad. 2. Enséñales a aprender. Es esencial que ofrezcas a tus estudiantes herramientas y estrategias para que ellos mismos construyan su propio aprendizaje. Aprender activamente resulta mucho más eficaz que hacerlo de forma pasiva y, además, estarán adquiriendo hábitos, pautas y recursos que podrán utilizar en cualquier materia y en cualquier ámbito para formarse de manera autónoma o profundizar en un tema que les interese.Orientarlos en técnicas de estudio. 3. Acostúmbrales a pensar. Es más importante que memorizar o estudiar, incluso más que las matemáticas, la lengua o las ciencias naturales. Anima a tus estudiantes utilizar la lógica y la argumentación, a analizar lo que ocurre a su alrededor para cuestionárselo y a decidir por ellos mismos, porque son destrezas que ejercitarán a lo largo de la vida y cuyo aprendizaje te agradecerán siempre. Fomentar el pensamiento crítico. 4. Muestra el lado práctico del conocimiento. Puede resultar más complicado con algunas asignaturas o niveles pero, siempre que sea posible, intenta completar las explicaciones teóricas con la aplicación real del conocimiento que estás transmitiendo a tus alumnos. Para ello, lo ideal es acercar la teoría a su realidad cotidiana, con experimentos, excursiones o salidas, anécdotas, enigmas, problemas sobre temas que les afectan directamente o supuestos a los que tendrán que enfrentarse dentro de unos años, por ejemplo, en el ámbito laboral. 5. Sorpréndeles. No te acomodes en un enfoque o forma de trabajar en el aula, sé creativo y busca nuevas ideas para que tus clases les resulten diferentes y motivadoras, desde un cambio radical hasta un pequeño detalle que llame su atención. No solo mantendrás el interés de tus estudiantes y evitarás que ellos también se acomoden, sino que además comprobarás qué técnicas funcionan mejor, cómo les motivas de manera más eficaz y cuáles son las metodologías que se adaptan a tu forma de enseñar. Puedes recurrir a las TIC o a los juegos educativos, como los que recomendamos en la categoría de Recursos blogs, películas, animaciones, reflexiones para enseñarles cualquier asignatura o llamar su atención con un vídeos divertidos o temas curiosos. 6. Descúbreles un libro. Contagiar a tus estudiantes el amor por la lectura es uno de los mayores regalos que puedes hacerles. Si encuentran un libro, un personaje o una historia que les enamore nunca olvidarán al profesor que se lo recomendó. Lee con ellos fragmentos de un cuento que te guste, haz una biblioteca de aula, anímales a traer a clase sus libros favoritos, llévalos a la biblioteca, acostumbrarlos a leer los periódicos todos los días, preguntar por la noticia del día y en que podría afectarlos, desarrollar actividades, talleres, cuestionarios con base a libros académicos y revistas. 7. Transmíteles valores. Jóvenes pasan en el aula muchas horas de su vida y, entre números y conceptos, trabajos, exámenes y notas, tiene que haber espacio para la conciencia social, la tolerancia, el respeto, la cultura ciudadana y el resto de valores que formarán personas integras, comprometidas y responsables. Analizar la actualidad para estar al tanto de lo que sucede en el mundo o reflexionar y debatir sobre conceptos y problemas éticos que afrontan a diario y que además puedes relacionar con la asignatura. Si quieres dar un paso más, aquí tienes algunas ideas para implicar a tus estudiantes en proyectos o iniciativas que no solo les educarán en valores, sino que además les animarán a cambiar el mundo y convertirlo en un lugar mejor. llevarlos a los museos, conciertos de música clásica, talleres y/o actividades culturales, bibliotecas publicas, exposiciones artísticas. 8. Dales voz y escúchales. Tus estudiantes aprenderán de ti, pero tú también aprenderás de ellos, sí eres capaz de acercarte, tomarte un tiempo y escucharles. Practica la empatía, trata de entenderles y ponerte en su lugar y puede que te sorprendan. Prueba a ceder de vez en cuando el lugar de profesor a uno de tus estudiantes, ten siempre en cuenta que no hay dos cursos ni dos estudiantes iguales, fomenta que todos se integren en clase y presta atención a los que se sienten solos. 9. Mantén una actitud positiva. El humor o la diversión son herramientas indispensables en el día a día en el aula y te ayudarán a mejorarán el clima de la clase. Un gesto tan sencillo como una sonrisa puede servirte para transmitir el entusiasmo y la alegría de aprender y lo mucho que se puede disfrutar compartiendo conocimientos y experiencias. No te rindas cuando una clase se complique y de este modo les enseñarás la importancia de pensar de forma positiva para afrontar la vida, con sus problemas y dificultades. 10. Sé justo. Aunque trates de mantener el buen ambiente del aula, habrá momentos en los que tendrás que exigir, poner un examen, reprender a quien no atiende, se comporta mal o no hace los deberes. Estos pequeños enfrentamientos con tus estudiantes son inevitables, pero será tu capacidad para gestionarlos lo que marque la diferencia. Mantén la calma, deja claros los motivos de tu resolución y actúa con justicia: reprende a quien lo merece, pero ofrécele siempre la posibilidad de solucionarlo, dale una segunda oportunidad y recuerda también premiarle con tu reconocimiento cuando corresponda. - Fuente: http://www.aulaplaneta.com/2015/06/11/recursos-tic/diez-consejos-para-convertirte-en-un-profesor-inolvidable-infografia/?utm_source=Facebook&utm_medium=postint&utm_campaign=rssint